Título original: Niagara
Falls
Año: 1941
Duración: 86 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Gordon Douglas
Guion: Paul Girard Smith, Hal Yates, Eugene Conrad
Fotografía: Robert Pittack (B&W)
Reparto: Marjorie Woodworth, Tom Brown, ZaSu Pitts, Slim Summerville,
Chester Clute, Edgar Dearing, Edward Gargan, Gladys Blake, Leon Belasco, Rand
Brooks, Margaret Roach, Jack Rice.
Título original: So’s your Aunt Emma!
Año: 1942
Duración: 62min
País: Estaos UNidos
Direccion: Jean Yarbrough
Guion: George Bricker y Edmond Kelso (Historia: Harry Hervey: Aunt
Emma Paints the Town)
Fotografía: Mack Stengler
Música: Edward J. Kay
Reparto: Zasu Pitts, Roger
Pryor, Warren Hymer, Douglas Fowley, Gwen Kenyon, Elizabeth Russell, Tristram
Coffin, Malcolm 'Bud' McTaggart, Mickey O'Banion, Stanley Blystone, Dick Elliott, Eleanor
Counts, Jack Mulhall.
Dos estupendas comedias de una actriz,
ZaSu Pitts, que fue la gran actriz trágica de Avaricia, de Von Stroheim.
De mis excursiones por YouTube pensaba dedicarle un monográfico a tres películas de Jean Yarbrough —excelente muestra del cine artesanal y comercial, pero con algunos títulos de serie B magníficos, como el presente, y como La mujer lobo en Londres, por ejemplo—, pero al coincidir en dos excursiones distintas con la eximia actriz ZaSu Pitts, quizá injustamente olvidada por el gran público, y aun por el selecto, he cambiado de opinión y me parece de justicia que sea ella quien merezca toda nuestra atención crítica. Cada espectador tiene su canon particular, ¡faltaba más!, pero siempre hay alguna película con la que mantiene una vivencia emocional particular, sea o no un clásico, y ello debido a las circunstancias personales que acompañaron dicha visión. Eso me ocurre a mí con Avaricia, de Erich von Stroheim, y con algunas más, como Napoleón, de Abel Gance, por ejemplo, cine mudo y de cuatro horas de duración… ¡Lo inimaginable en nuestros días!
ZaSu Pitts deslumbró a von Stroheim en Avaricia, y todo
hacía presagiar que ese papel marcaría su carrera de actriz trágica. Ella, con
muy buen criterio, giró 180º y quiso interpretar comedias, lo que hizo con tino
tan extraordinario que incluso «acuñó» un papel, el de «solterona» pícara, cuyo
cetro nadie podía discutirle. La actriz que prestaba voz a Olive Oyl, la novia
de Popeye, dijo haberse inspirado en ella para sus muy características
inflexiones de voz.
Acompañando a Slim Summerville, un secundario de lujo que se inició en el cine en la época muda con Chaplin y Mark Sennet, y que rodó con Ford, ZaSu Pitts compone en Niagara Falls el papel de una esposa paciente que va a disfrutar de una tardía luna de miel con su marido en un hotel aledaño a las cataratas y dedicado exclusivamente a parejas amarteladas.
Allí llegan los maduritos esposos tras haberse cruzado por el camino con un par de jóvenes que han tenido sus más y sus menos a raíz de un accidente posterior y a quienes el metomentodo marido confunde con una pareja que se pelea. Al llegar al hotel, insiste en que le cambien la suite royal que habían reservado para cedérsela al supuesto matrimonio en aras de su reconciliación.
Una comedia de enredo que tiene un comienzo propio de los Hermanos Marx, porque tras enfocar el primer plano un hito con la leyenda Suicide Point, se ve a un hombre en pijama con batín que calcula con una piedra la profundidad del vacío al que va a arrojarse. En el momento culminante, aparece un vendedor de sándwiches que lo frena en seco, le ofrece uno y le dice que, mientras se lo come, le cuente por qué quiere suicidarse.
El flashback inicia la narración de esa serie
de malentendidos, que van estropeando progresivamente la luna de miel de la
esposa, sin conseguir enterarse, el buen hombre, de lo que en inglés significa mind
your own business!, y que, salvando las ingenuidades propias del clima
moral de los años 40 del pasado siglo, consiguen un dinámico in crescendo
bastante divertido. A ello contribuye, por supuesto, no solo las intervenciones
casi paródicas del viejo matrimonio, sino la verosimilitud con que los jóvenes
se enfrentan a una situación tan insólita. La película es tan concisa, que en
ningún momento se pierde en narraciones paralelas que se alejen del núcleo del
enredo, lo que la hace ágil y festiva.
En So’s your aunt Emma!, ZaSu Pitts encarna a una vieja solterona que vive con sus dos hermanas, tan solteronas como ella. La nostalgia del gran amor de su vida con quien, sin embargo, nunca llego a intimar, un fiero boxeador, la lleva a querer ir a la ciudad a ver el debut de su hijo, que ha seguido los pasos pugilísticos del padre, si bien no sabe que su apoderado está en tratos con la mafia que domina los combates para amañarlos y conseguir sus buenos beneficios.
Al llegar a la sala de los combates no halla localidades, pero le explica su historia al encargado de la entrada a los vestuarios de los púgiles y en ese momento coincide con el periodista que va a llevar el peso de la investigación sobre esos mafiosos, un absolutamente encantador Roger Pryor, y que vaa servir de introductor de la tia Emma al joven púgil. La presencia, en un papel secundario, de un habitual de las películas de Ford, Warren Hymer, en uno de esos papeles de gánster ceporro de buen corazón que bordaba a la perfección, sube bastantes enteros la calidad de la película.
La trama sobre quien controla el negocio de las apuestas va a ir complicándose de tal manera que la tía Emma, paraguas incluido, —y lo señalo porque tiene una función muy graciosa en la narración— va a ir involucrándose en la misma, hasta el punto de llegar a hacerse pasar, una vez que el hijo de su antiguo amor ha sido secuestrado, por la dama sin escrúpulos que no va a dejar que nadie le pise ese «nicho» de negocio, lo que da pie a una suplantación de identidad muy graciosa y en la que Pitts se luce, porque toda la película gira en torno al choque entre la supuesta candidez pueblerina de la tía y el despiadado mundo mafioso de las apuestas, las vampiresas, los cabarets y el gatillo fácil.
El director,
Jean Yarbrough, consigue, a pesar de la comedia de fondo que estructura la
historia, un retrato convincente y muy de cine negro de ese mundo subterráneo
de las apuestas. No solo las secuencias del combate, sino la de los vestuarios
o la de los espacios neutros de la sala, tienen todo el aroma de las producciones
de cine negro de la serie A. A mí me ha parecido una excelente película que,
como la anterior, todo el mundo tiene a su disposición en YouTube, con la
opción de poner los subtítulos automáticos en inglés, lo que siempre depara
alguna confusión muy graciosa.
Está claro que
si hubiera de recomendar una película de Pitts no dudaría en invitarles a la
experiencia de ver Avaricia, por supuesto, creo que una de las películas que jamás ha abandonado el top ten de las mejores películas de la historia, pero este par que les he
traído conforman un programa doble muy divertido, lo que, con los tiempos que
corren, es una poderosa virtud…
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