Título original: Wodehouse in Exile
Año: 2013
Duración: 82 min.
País: Inglaterra
Dirección: Tim Fywell
Guion: Nigel Williams
Fotografía: Owen McPolin
Reparto: Tim Pigott-Smith. Zoë Wanamaker. Curran McKay. Simon Coury. Robert Cooper. Paul Ritter. Flora Montgomery. Paul Mallon. Niall Cusack.
Título original: Mon chien
Stupide
Año: 2019
Duración: 106 min.
País: Francia
Dirección: Yvan Attal
Guion: Yvan Attal, Yaël
Langmann. Novela: John Fante
Reparto: Yvan Attal, Charlotte Gainsbourg, Pascale Arbillot, Adèle
Wismes, Sébastien Thiery, Ben Attal, Eric Ruf, Pablo Venzal.
Título original: Death of a Ladies' Man
Año: 2020
Duración: 100 min.
País: Canadá
Dirección: Matt Bissonnette
Guion: Matt Bissonnette. Historia: Bobby Theodore
Música: Stephen Rennicks
Fotografía: Jonathon Cliff
Reparto: Gabriel Byrne, Jessica Paré, Brian Gleeson, Antoine-Olivier
Pilon, Suzanne Clément, Karelle Tremblay, Raphael Grosz-Harvey.
Uno real y dos de ficción, lo que cuesta que los escritores resulten atractivos en el cine…
Mal, por lo general, es como dan
los escritores en pantalla, sean «malditos» o «consagrados». Cuesta entrar en
las vidas de los escritores llevadas a la pantalla siempre y cuando no hayan
llegado a esta por otros hechos distintos de los propios suyos: la creación
literaria. El repertorio de tópicos: el papel sacado de la máquina, estrujado a
conciencia y lanzado o al suelo o a la papelera; la generosidad con el alcohol
para propiciar la inspiración; la desesperación de la noche en vela alrededor
de una palabra o una frase que sirva de espoleta para la detonación del torrente
de palabras que construirá una historia; la incomprensión de quienes rodean al «genio»; el vagabundeo por la nostalgia o la
complacencia con las propias incapacidades; los celos patológicos de los
rivales que van tras la propia mujer a la que se da tan mala vida, sin embargo…
En fin, que cuesta lo suyo no solo hacer verosímiles esas vidas, sino también
lo suficientemente atractivas como para retener a los espectadores en sus
asientos.
De las tres películas
cuyos protagonistas son escritores, la que más me ha interesado es la dedicada
a P.G. Wodehouse, sin duda por mi absoluto desconocimiento del personaje y de
su obra. Un momento. Pues no, no tengo ningún libro suyo, vengo de comprobarlo
en mi biblioteca, aunque me he tropezado mil veces con los suyos, cuando
revuelvo en las librerías de segunda mano. Ahora, claro, después de haberlo «conocido»
algo más, iré a comprar su clásico My Man Jeeves. Estamos hablando de un
biopic televisivo que, sin embargo, tiene un diseño de producción como el de
cualquier película para la gran pantalla. La historia que se narra en él es la
del episodio de la detención por los nazis, en Francia, del ya entonces famosísimo
escritor de humor y de cómo los servicios de inteligencia nazi consiguieron que
emitiera unos programas de radio destinados a su público estadounidense para
tratar de alterar la percepción del nazismo y evitar que los Usamericanos
entraran en guerra. Alrededor de la ingenua persona del escritor, la genialidad
literaria puede rozar con la ingenuidad absoluta, cuando la persona, dedicada
al humor toda su vida, encarna la bondad sin matices, se monta una red de
personajes que le hacen creer que es liberado del campo de concentración en Polonia
porque ya ha cumplido los 60 años. Desde su llegada al campo de prisioneros, y
en la medida en que Wodehouse es un grafómano, lo que le sirve para
distanciarse de la realidad en un refugio, el de la escritura, que prevalece
incluso contra la maldad absoluta de un régimen como el nazi, Wodehouse
comenzará a escribir un diario de prisión en el que describe en clave humorística
la vida en el campo, lo cual sirve de regocijo para el resto de los internos
con quienes comparte pabellón. Si algo bueno tiene el biopic, al margen de dar
a conocer un supuesto oscuro pasado del escritor que los diferentes gobiernos británicos
se empeñaron en mantener vivo a lo largo del tiempo, una situación contra la
que protestó enérgicamente alguien tan sin sospecha como George Orwell, es que
accedemos a fragmentos de su obra, leídos con la gracia con que el protagonista
se hace acreedor a nuestra simpatía y empatía. Recordemos, respecto de la «ingenuidad»
de Wodehouse, que incluso en Inglaterra hubo ciertos sectores que no veían mal
la figura autoritaria de Hitler, y que esa relación peligrosa debió de influir
lo suyo en la abdicación de Eduardo VIII. Lo cierto es que la línea argumental de
la defensa y exculpación de Wodehuse —recordemos que aunque fue nombrado
caballero no regresó jamás a Inglaterra, después de su liberación y su regreso
a Francia, donde las autoridades francesas quisieron detenerlo a su vez, aunque
poco después viajó a Usamérica, cuya nacionalidad adquirió en 1955— estriba en
lo metido que estaba el autor en su proceso creativo y la enorme distancia
desde la que contemplaba la realidad histórica de su momento. La magnífica
interpretación de Tim Piggot-Smith, que carga con todo el peso de la película,
encarna a la perfección una veta del humor británico que forma parte de la
idiosincrasia de esa nación, de ahí las constantes salidas bienhumoradas del
escritor que e nos da a entender que trazan una línea sin fisuras entre su
personalidad en la vida real y la de los personajes de sus relatos. A pesar de
ser una película para televisión, insisto, la factura de la puesta en escena es
exquisita y toda la película se sigue con interés, sobre todo si se desconocía
el «suceso» que acabó siendo trascendental en la vida del escritor.
De Yvan Attal
reseñé no hace mucho en este Ojo
la película Una razón brillante, una historia que teniendo a la
oratoria como eje temático desarrollaba un enfrentamiento generacional y social
muy curioso y bien llevado. En este caso, Attal, en compañía de su mujer, Charlotte
Gainsborough, nos narra la historia de un escritor que consiguió un bestseller con
veinte años menos y que, desde entonces, no ha levantado cabeza, ni siquiera
con tres novelas posteriores que fueron destrozadas por la crítica. Es padre de
cuatro hijos y, por azar, acaba convertido en dueño de un perro al que bautiza
como «Estúpido» y que le acompañará en el proceso de pérdidas progresivas que
irá sufriendo, porque, quejica de que la vida familiar le impide crear, la
familia casi surrealista que forma con su mujer y sus cuatro hijos ira desmoronándose
ante sus ojos hasta quedarse nuevamente solo, y es la crónica más o menos
amable y jocosa de esa disfuncionalidad familiar lo que volverá a convertirlo en un escritor
de éxito que, cuando este llegó, le permitió «huir» de París e instalarse en
una casa de ensueño en Biarritz, una de esas que se anuncian, superexclusivas y
de precio millonario, en las páginas del suplemento económico de El País. Attal
no es mal director, pero no da el papel del escritor ni con recomendación.
Tiene muy pocos registros y muy reducida vis cómica. Lo que más sorprende del personaje
es que siendo tan plano haya sido capaz de escribir una obra que le ha resuelto
la vida a él y a toda su familia, a pesar de los fracasos posteriores. La
intención es buena, el resultado deja mucho que desear, aunque la película se
ve con cierta tolerancia y amor a la lengua francesa, por supuesto. Con tantos
personajes en escena, forzosamente el retrato de ellos había de caer en el
tópico, pero resulta que sucede lo mismo con el principal, el escritor. En fin,
los amantes de la arquitectura disfrutarán con el casoplón, pero los amantes
del cine nos quedamos bastante insatisfechos, aunque haya algunos gags de
cierto relativo mérito.
La última, Death of a Ladies' man, «La
muerte de un seductor», aunque bien podríamos traducir ladies’ man por «caballero»
e incluso por «mujeriego», es una película canadiense bastante más compleja que
la de Yvan Attal y que se adentra mejor en el tormento creativo de un autor al
que le han diagnosticado la muerte en un breve plazo de tiempo. La confusión,
deliberada y constante, entre el autor y el personaje de lo que el protagonista
está escribiendo nos sirve para entrar en el mundo de la derrota encarnado por
el personaje. ¿Cuál es la novedad? Pues no es otra que la magnífica banda
sonora con canciones de Leonard Cohen que, sin convertir la película en un
musical, se imbrican a la perfección en el desarrollo dramático de la historia.
Es cierto que hay una introspección constante en un ser que, debido a su final
próximo, va redescubriendo no solo su vida, sino, sobre todo, la de quienes lo
rodean: su primera mujer y sus hijos, así como el fantasma de su padre, con
quien tiene charlas acerca de lo que él hizo o dejo de hacer por su hijo en
vida. A la alucinación del padre le siguen otras de muy diversa naturaleza,
pero todas ellas, desde una imaginería surrealista, funcionan como claves para
permitirle acercarse al entendimiento de lo que ha sido su existencia. Tener a
Gabriel Byrne como protagonista te da un plus de credibilidad que te permite
empatizar enseguida con el personaje, te parezca lo que este te parezca. La
aparición de la segunda esposa de Don Drapper en Mad Men, Jessica Paré,
haciendo un papel de dependienta muy curioso, quien deviene la última
oportunidad de conocer el amor del protagonista, acaba de redondear una
película que se ve con agrado.
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De vez en cuando busco en internet cosas relacionadas con Wodehouse (al que admiro y releo desde pequeña con una obsesión que roza la locura) y he topado con tu blog. Y hay una película sobre su vida que no conocía!!!! Tengo que encontrarla!!!! Me he puesto hasta nerviosa! Se merecía el Nobel pero el lío que montaron a su alrededor con los nazis hizo que no se lo dieran, estoy convencida.
ResponderEliminarNo hay día gris, disgusto o enfado que no se me pase leyendo cualquier página al azar del libro que ese día lleve en la mochila (porque siempre llevo un libro de Wodehouse encima para emergencias, funciona mejor que un Lexatin).
Me has dado una alegría enorme! Que tengas buen día :)
¡Cuánto me alegra poder ser útil! De las tres que reseño, la de Wodehouse es la que mejor se ve. Y conocer al personaje me ha empujado a leerlo. Si además de Wodehouse le interesa la literatura en general, le recomiendo este otro blog mío dedicado a ella:
Eliminarhttps://diariodeunartistadesencajado.blogspot.com/
Gracias. Un saludo cordial.