jueves, 28 de febrero de 2019

«From Caligari to Hitler: German Cinema in the Age of the Masses», de Rüdger Suchsland, un documental metahistórico y un oráculo fílmico.



La imbricación del cine y la sociedad: reflejo y faro de la realidad. El cine de la República de Weimar antes del irracionalismo tecnocrático nazi.

Título original: Von Caligari zu Hitler: Das deutsche Kino im Zeitalter der Massen
Año: 2014
Duración: 114 min.
País: Alemania
Dirección: Rüdiger Suchsland
Guion: Rüdiger Suchsland
Música: Henrik Albrecht, Michael Hartmann
Fotografía: Harald Schmuck
Reparto: Documentary,  Siegfried Kracauer,  Fritz Lang,  Thomas Elsaesser,  Elisabeth Bronfen, Volker Schlöndorff,  Eric D. Weitz,  Fatih Akin,  Robert Wiene,  F.W. Murnau, Billy Wilder,  Georg Wilhelm Pabst,  Walter Ruttmann,  Josef von Sternberg, Ernst Lubitsch,  Marlene Dietrich.

El periodo de entreguerras fue fecundísimo en el terreno artístico, no solo por las Vanguardias que tanto colaboraron para minar el viejo orden social que comenzó a demoler la Primera Guerra Mundial, sino por la alta calidad de la cultura en todos sus aspectos: la ciencia, la filosofía, la técnica, la pintura, la música, la literatura, etc., y por la aparición, como arte de masas, del famoso séptimo arte, muchas de cuyas obras maestras se gestaron en aquella época. La Republica de Weimar, el intento de dar salida al colapso del Imperio alemán, con la huida del Emperador tras la derrota alemana en la Gran Guerra, fue un periodo en el que el cine llevo a las salas al gran público, pero, así mismo, fue el preludio de la época más siniestra de la propia Alemania y de Europa: el nazismo. El presente documental, inspirado y en parte basado en el magnífico libre de Krakauer, del que toma el título: De Caligari a Hitler: una historia psicológica del cine alemán, repasa aquella época dorada del cine alemán a través de películas míticas que mezclan el género documental y la ficción, si bien con un trasfondo social que, según el guion del documental nos da a entender, los autores prefiguran, en cierto modo, la inminente irrupción del fascismo a través de películas clásica como Metrópolis o El gabinete del Dr. Caligari, por ejemplo. Es cierto que si se han visto con antelación todas las películas de las que se habla en el documental, se disfruta mucho más el análisis, pero no es condición sine qua non para disfrutar de una capacidad analítica que va marcando con secuencias escogidas con muy buen criterio la evolución de una sociedad que pasó de ser la más libre de Europa, Berlín era conocida como la Babel europea, a estar sujeta al régimen más tiránico y ultraderechista jamás imaginado, en franca competición con el estalinismo soviético. Desde M, el vampiro de Düseldorf, de  hasta Hombres en domingo, de Robert Siodmak y Edgar G., a partir de un guion de Billy Wilder, pasando por Metrópolis, también de Lang, y muchas otras, el guionista de este documental escoge unas secuencias a través de las cuáles se va dejando patente ante el espectador la revolución que suponía la irrupción del propio lenguaje cinematográfico como espejo fidedigno de una sociedad en la que se enfrentaban corrientes ideológicas que acabarían chocando de forma tan estrepitosa como los hechos posteriores a 1933 demostraron. El retrato de la sociedad alemana, sobre todo la de las grandes ciudades y especialmente Berlín, sobre la que el documental Berlín, Sinfonía de una ciudad, de Walter Ruttmann, traza un retrato maravilloso que contrasta ácida y nostálgicamente con las imágenes de destrucción de la ciudad que supusieron el
corolario del nazismo tras la derrota definitiva frente a las tropas aliadas y que sirvió de escenario a películas tan estremecedoras como Alemania, año cero, de Rossellini. Este documental, para suerte de los cinéfilos, es una celebración del cine, una suerte de canto de amor al cine, de mano no solo de las imágenes, sino de algunos estudiosos que, a través de certeros comentarios, ayudan al espectador a comprender la verdadera dimensión de aquella época social y artística. A través de diferentes capítulos, desde las costumbres hasta el deporte pasando por la irrupción de los medios de comunicación de masas, sobre todo la radio, de la publicidad o de fenómenos como la delincuencia de cuello blanco, la política o la cultura del ocio, las imágenes nos describen una sociedad en ebullición en la que se van perfilando de forma nítida los conflictos sociales a los que ni siquiera la Segunda Guerra Mundial dará respuesta, sino que aún habremos de esperar a movimientos sociales como el de los Derechos Civiles de los negros en Usamérica, la Revolución de Mayo del 68, entre otros. El aficionado tiene, con este documental, la posibilidad de hacer una auténtica inmersión en el expresionismo cinematográfico, una de las épocas más creativas de la Historia del cine, en la que se fijaron ciertos códigos, sobre todo en la utilización de la luz, que han pasado a formar parte, sobre todo, del género negro. Las imágenes sorprendentes y estilizadísimas de tantísimas obras se alían con interpretaciones de actores y actrices que, como fue el caso de Marlene Dietrich en El ángel azul, de Sternberg, marcaron incluso prototipos. Un documental, en resumen, que, más allá del didactismo con que ha sido planteado, lo que le permite a los espectadores es adentrarse en una revolución cinematográfica cuyos ecos aún son presencia viva entre nosotros.

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