Violencia desmadrada en un rincón recóndito del desierto o asaltar la banca de los tópicos con mucho humor, y no pocas nueces…
Título original: U-Turn
Año: 1997
Duración: 125 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Oliver Stone
Guion: John Ridley. Novela:
John Ridley
Música: Ennio Morricone
Fotografía: Robert
Richardson
Reparto: Sean Penn, Jennifer
Lopez, Nick Nolte, Billy Bob Thornton, Jon Voight, Powers Boothe, Claire Danes,
Joaquin Phoenix, Bo Hopkins, Richard Rutowski, Abraham Benrubi, Brent Briscoe,
Liv Tyler, Sean Stone, Julie Hagerty, Aida Linares, Valery Nikolayev, Ilia Volok,
Laurie Metcalf, Sheri Foster.
A algunos les
va a costar entender que estemos ante una comedia negra disfrazada de thriller
violentísimo que no nos ahorra ninguna muerte tremebunda y que, en vez de
acongojarnos, nos desata la hilaridad. Bien puede decirse, para corroborar lo
anterior, que Stone no se ahorra ningún tópico de las que definen el espacio
asfixiante de una pequeña localidad en medio de la nada, rodeada de desierto y
con seres tan peculiares como el increíble taxidermista de Cut Bank, de
Matt Shakman, en esta representado por el mecánico de coches que tan decisiva
importancia acaba teniendo para el devenir de la trama, un Billy Bob Thornton
literalmente irreconocible, como le pasaba a Michael Stuhlbarg en Cut Bank.
Un delincuente
de tres al cuarto, que va hacia Los Ángeles para pagar una deuda que, si no la
abona, puede costarle la vida —de momento le ha costado dos dedos cortados— , se
pierde con su coche sobrecalentado por el incendió climático del desierto de
Arizona en un pequeño pueblo donde ha de esperar unas horas a que el estrafalario
mecánico se lo arregle. El título original es U-Turn, «cambio de sentido», y a
fe que eso es exactamente lo que le ocurre al protagonista, quien, desde que aparece
en la polvorienta ciudad, muy al estilo del viejo far west, incluso con
un indio relativamente ciego no menos estrafalario que el mecánico, va a comprobar
cómo el destino se escribe con renglones torcidos, muy sinuosos y claramente
envenenados. Desde el mismísimo momento de su aterrizaje en la nada municipal
donde ha recalado, se cruza con la tentación más sensual que recuerda haber
visto en mucho tiempo, una Jennifer López a quien sorprende ver con tanta
convicción interpretativa, sin necesidad de maquillaje alguno para destacar una
belleza de rasgos indígenas y con una voz rasgada que recuerda, en cierta
manera, la sedosa de Marilyn Monroe. Enseguida es invitado a darse una ducha en
su casa y allí el intrépido y presumido delincuente se encontrará con el marido
de ella, un Nick Nolte tan sorprendente como casi todo el reparto, y de quien
va a recibir una oferta que no puede rechazar: asesinar a su mujer, de cuyas
infidelidades se ha hartado. Recordemos que, nada más llegar, cuando ayuda a la
protagonista a llevar unos bultos, se cruzan con el sheriff, dejándole al
espectador otro cabo suelto: la infidelidad de la mujer con la autoridad
competente, a jugar por las inconfundibles miradas de esta que lo revelan.
La dirección de
Oliver Stone tiene muy presente el medio en que se desarrolla la acción, y los
paralelismos con la fauna que vemos desde el inicio de la película nos hablan
de esa fusión entre psique y medio que va a determinar el juego constante de
contrastes de primerísimos planos con animales o con objetos relaciones con
ellos o con los instintos que andan sueltos por el metraje, de muy diversa
naturaleza, pero con un solo denominador común: nadie confía en nadie. En ese «avispero»
acaba entrando el personaje, más aún cuando, en un inocente asalto a un
supermercado, la encargada saca un potentísimo rifle y dispara unos cartuchos
como para matar elefantes a los asaltantes, llevándose por medio la bolsa del
dinero con que iba el protagonista, Sean Penn, a pagar su deuda. La idoneidad
de Sean Penn para el papel protagonista es una de las mejores bazas de la película,
porque si hay un infeliz al que le lluevan los palos de todos lados y no sepa
cómo hurtarse a ellos, ese es el rostro entre necio y sobrado de Sean Penn, con
quien se atreve hasta un descerebrado vaquero que cree que todos los hombres
intentan sobrepasarse con su novia, Joaquin Phoenix y Claire Danes, ambos en
dos interpretaciones antológicas, sobre todo Danes, perfecta en su papel de
ingenua colegiala seductora, aún lejos de su complejo papel absoluto en Homeland,
de Gideon Raff. Una vez perdido el dinero, hecho añicos por el disparo, a
Bobby, el protagonista, no le queda más remedio que aceptar el encargo asesino
del marido de la protagonista para poder hacer frente a su deuda. De hecho,
cuando le revela al acreedor que su dinero se ha «volatilizado», no le queda más remedio que enviar un sicario para despachar al deudor a la lista oscura de los impagados...
En estas…, la
esposa del vendedor inmobiliario, Nick Nolte, decide encargar a Bobby el
asesinato de su esposo, quien abusa de ella como antes abusó de su madre hasta
que esta apareció muerta en un barranco… ¿El fundamento de su propuesta? Que
debajo de la cama, oculto en el suelo, el abusador esconde una caja fuerte con
más de cien mil dólares, a los que tendrán acceso cuando se lo cargue… La
tentación, en este caso, no vive arriba, sino en el mismo colchón donde Bobby
tiene un anticipo de los placeres que le aguardan, además del dinero con que
conseguirse los que quiera…
Dado el inmenso
lío en que se mete el infeliz delincuente, quien va recibiendo golpes y palizas
a medida que transcurre el metraje, todo él es, físicamente, un poema, como
suele decirse; ello dado, decía, los
espectadores llevan mucho ganado, pero aún les espera lo mejor, porque el
desenlace de este enredo es de antología. Esos planos fijos combinados de Stone
crean una suerte de aceleración psicológica que parecen extraídos de las películas
de terror psicológico, en las que una sombra, un ave disecada, un rostro en
claroscuro o una llave colgando de un cuello adquieren unos relieves casi de
cine expresionista. Es decir, estamos
ante una obra mayor, aunque muy gamberra, si se me permite la expresión, de un director
polémico donde los haya y de opiniones normalmente a contracorriente.
Supongo que
muchos se lo pasarán en grande con esta orgía de violencia y terror psicológico,
por eso les recomiendo a los «neoblandengues» que se abstengan del visionado de
este neonoir desvergonzado... Quien avisa…
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