jueves, 26 de octubre de 2017

Deuda pagada, frustración total: “Al Pereira vs. the Alligator Ladies”, de Jess Franco.


El cine "trash" o la extralimitación bochornosa de un supuesto “cine de autor”: Al Pereira vs. the Aligator Ladies o lo incalificable.

Título original: Al Pereira vs. the Alligator Ladies
Año: 2012
Duración: 81 min.
País:  España
Director:  Jess Franco)
Guion: Jesús Franco, Antonio Mayans
Música: Pablo Villa
Fotografía: Fernando Barranquero
Reparto: Antonio Mayans,  Irene Verdú,  Carmen Montes,  Paula Davis,  Luisje Moyano, Naxo Fiol,  Mariví Carrillo,  Maria José,  Jesús Franco,  Nestora Robles, Fernando Barranquero.


No puedo olvidar que Jesús/Jess Franco fue el director de Tenemos 18 años, una película con una Terele Pávez esplendorosa, un Antonio Ozores apuntando ya su humor del absurdo, y en su conjunto, un auténtico documento intrahistórico sobre la juventud de finales de los 50. De ahí en adelante, sin embargo, Jesús Franco, con sus numerosos alias, ha construido un  mundo subfílmico especializado en la producción B con una temática de porno soft, terror y algún toque de thriller, sin  excusar algún western y otras rarezas, que, con más de doscientas películas a sus espaldas lo convierten en un fenómeno singularísimo del cine español. Esto, porque resulta difícil encontrar algo más definitorio que el neutro, sin querer entrar en el terreno de les descalificativos, es “una de las suyas”, podríamos decir, pero rodada con el director en silla de ruedas, próximo a su fallecimiento y sin que esas circunstancias puedan contribuir a definirla como “testamento cinematográfico” del autor, porque, salvo ciertos planos originales, como el del número erótico de la interviniente (también cuesta hablar de actrices propiamente dichas en este caso) ante el espejo, con un juego de profundidad que coloca en el plano una tercio del director y actuando como si estuviera fuera de él al protagonista, ese Al Pereira (también cuesta hablar de actor en este caso) ideado en clave de no sé qué mundo personal del autor según el cual era un detective privado disoluto y ahora, en esta novela no testamentaria se ha convertido en campeón de la moral. La película, como puede advertirse por lo dicho, no tiene ni pies ni cabeza, pero sí muchos culos, coños y tetas que bailan una coreografía aburrida y asexual capaz de hartar a cualquiera. Jordi Costa, ¡el gran Jordi Costa!, estudioso del fenómeno friqui, hasta es capaz de hablar de la deconstrucción del lenguaje cinematográfico que lleva a cabo Franco… Supongo que, desde su sabiduría crítica, es lo más apropiado para no herir ninguna susceptibilidad ni reputación ni mucho menos amargarle la vida a un agonizante, claro, pero esto ni siquiera por el lado de la deconstrucción hay por dónde cogerlo. Me ha costado horrores acabar de verla entera, lo reconozco, pero no me he ahorrado ningún  plano, aunque algunas coreografías antieróticas, también lo reconozco, las he pasado a cámara rápida, que es, así entre nosotros, como suelo ver los partidos de fútbol grabados: se ven en un periquete y te ahorras esos interminables tiempos muertos de la circulación horizontal del cuero. En cuanto aparecían las líneas de un guion inexistente, ahí estaba yo, tratando de identificar, en ese sonido tan directo como sucio, qué de inteligible había en lo dicho.  Bien, tampoco quiero excederme con esto, porque les recomiendo vivamente que se abstengan de someterse al pequeño calvario al que yo me he sometido, abducido por un título, Al Pereira vs. The Alligator Ladies que, como el de las mujeres gato en la luna, es lo mejor de la película. Leyendo sobre Franco he descubierto que su habilidad para los títulos/trampa tiene poco parangón en la industria cinematográfica. Recuerda al de algunos títulos de novela que en su día fueron capaces de multiplicar las ventas insospechadamente, dada la nula calidad del producto. Un ejemplo: Monólogo de una mujer fría. De Manuel Halcón. En fin, descanse en paz, el uncle Jess.

3 comentarios:

  1. No he visto ninguna película de Jess Franco pero ha sido un personaje que me ha intrigado pues era cierta su pasión por el cine. Seguro que en la cinematografía americana hubiera encontrado algún lugar por siniestro que hubiera sido. No puedo juzgar esta película que a tenor de tu comentario es pésima. Me fío de ti. No pienso verla. Pero me imagino a Jess Franco en silla de ruedas como John Huston rodando Los muertos y vislumbro una pasión igual pero disímil talento. El talento es el más injusto de los dones. ¿Por qué ser Jess Franco o John Huston? Hay una injusticia pero la pasión es la misma. A mí me hubiera gustado escribir como Steinbeck pero no soy Steinbeck. Entiendo y comprendo a Jess Franco y su pasión por el cine de autor, aunque él no fuera un genio, eso está claro.

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  2. A alguien tan avezado como tú, observador del mundo del cine, no tiene que serle novedad mi interés por la serie The Young Pope de Paolo Sorrentino de la que se han hecho diez episodios, que están en la cadena HBO que da un mes gratis para ver de sobra la primera temporada entera. Digna de verse. Yo me quedo con la intriga después de ver la primera tira. Puro Paolo Sorrentino. Ahora a esperar la continuación. Uf.

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    1. Paolo Sorrentino habrá sabido estar a la altura de su propio prestigio, y aunque el tema no me atraiga mucho, no descarto que pueda llegar a acabar viéndola. La película de Moretti me defraudó bastante, aunque no tiene nada que ver su acercamiento al papado con el de esta serie. Gracias por la sugerencia.

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