Una insospechada actuación
cómica de Glenn Ford junto al arte excepcional de Ann Miller en un western
cómico-musical muy entretenido.
Título original: Go West, Young Lady
Año: 1941
Duración: 70 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Frank R. Strayer
Guion: Richard Flournoy, Karen DeWolf
(undefined: Karen DeWolf )
Música: John Leipold
Fotografía: Henry Freulich (B&W)
Reparto: Penny Singleton, Glenn Ford, Ann
Miller, Charles Ruggles, Allen Jenkins, Jed Prouty, Onslow Stevens, Bob Wills,
Edith Meiser, Chief Many Treaties, Glenn Strange.
No sé si
mi costumbre de ver películas mientras corro en el tapiz rodante tiene que ver
con algún descenso en ni espíritu crítico, como si me relajara y estuviera
dispuesto a verle bondades a casi cualquier película, pero he de reconocer que
esta desconocido western, en su variante de comedia, me ha hecho pasar un rato
estupendo, a lo que contribuye decisivamente la actuación de un jovencísimo
Glenn Ford de 25 años, cuya vis cómica tiene una efectividad que no me hubiera
imaginado, porque tampoco es un actor por el que sienta especial predilección,
aunque reconozco su extraordinario nivel de calidad.
La
película, de un metraje muy ajustado, que impide andarse por las ramas o
desviarse en secuencias de relleno, tiene un arranque estupendo con ambos
protagonistas, Ford y Penny Singleton metidos en la caravana que los lleva al
pueblo, a una como sobrina del dueño del Saloon, al otro como nuevo sheriff del
pueblo. El ataque de los indios, resuelto con tanto humor como excelente brío
en las secuencias de acoso y derribo, según de qué lado se dispare nos preparan
para una acción que va a centrarse en el acoso de una banda de maleantes para
hacerse con la riqueza y el poder de un pueblo en el que el dueño del Saloon y
café cantante tiene un protagonismo especial. La película ha de considerarse un
musical por los muchos números, todos ellos de mucha calidad, que animan el
desarrollo e la historia. ¡Ojo!, porque el gran peso de ese apartado musical
recae en una singular bailarina, especialista en claqué, Ann Miller, cuya
calidad deja boquiabierto al espectador. Pocas mujeres en la historia del
musical han bailado el también llamado tap dance . El numero en que exhibe sus cualidades en la barra del
Saloon es maravilloso. Para un aficionado al western, la comedia y el musical,
¡ninguna película más entretenida que esta para correr 10 kilometros
disfrutando de la lindo! La parte musical de la película se completa con un
número de música country con un sabor genuino de ese estilo
musical, y puedo asegurar que a quien sea aficionado a él va a disfrutar en
grande. Cuenta, además, con una banda sonora de Saul Chaplin, quien fue
excelente arreglista de grandes éxitos del cine musical como Siete novias
para siete hermanos, West Side Story o Un americano en París.
La
película arranca con un conflicto sexual de primera magnitud, porque el padre
de la protagonista, que quería un hijo a toda costa, decidió llamar Bill a su
hija, en vez del Belinda con que fue bautizada.
Con todo, el padre la enseñó a disparar y otras artes de defensa que
acabará luciendo a lo largo de la historia, porque es muy de señalar la
excelente pelea entre las dos mujeres de la historia, ella y la cantante
estrella del Saloon, una vez que se ha descubierto la trama del doble juego de
uno de los "prohombres" de la localidad. El inevitable enamoramiento
de los dos jóvenes, que arranca del momento de su defensa contra los indios en
la caravana y por el decidido empeño de él en casarse con ella, va a tener unos
divertidos lances que irán aplazando el momento del sí hasta prácticamente el
final de la película.
De
verdad, jamás había visto una actuación tan divertida de Glenn Ford, un punto
histriónica y como de comedia screwball, un género en el que nadie
podía competir con Cary Grant, aunque en esta me lo recordó en varios momentos,
aunque manteniendo siempre su excelente singularidad interpretativa. Con todo,
la narración está muy bien planteada y permite seguir sus alternativas con
total interés por el desenlace de la trama. Nada se aparta de los trillados
caminos de las habituales obras del género, pero la vertiente cómica que se
entremezcla con el fondo serio de la historia le proporciona a la película un
interés inusitado. Supongo que la película no ha sido estrenada en España,
porque me ha sido imposible encontrar siquiera una traducción del título, pero
les aseguro a los posibles espectadores que el festivo espíritu con que ha sido
dirigida e interpretada esta comedia no les dejará indiferentes. ¡Espero! Un
último dato, la protagonista Penny Singleton fue famosa en Usamérica por las 28
películas en que encarnó a Blondie, un persona de cómic, casi todas ellas dirigidas
por el dignísimo «artesano» Frank R, Strayer, y en una de las cuales volvieron
a coincidir Ford y ella. Lo dicho, que la disfruten.
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